Todo comenzó el 11 de septiembre de 1973, cuando Chile se fracturó y la muerte y la división se apoderaron del país, dejando una estela de dolor y violaciones a los derechos humanos. Pero eso no podía ser eterno, y fue el propio Jesús quien salió a explicar a una joven víctima de esta situación, cómo el perdón nos hace libres.
Así fue la presentación del cuarto medio 2017 en vísperas de Semana Santa. Una mezcla entre lo que vivió Chile a partir de 1973 y lo que fue el sacrificio de Jesús mostrado a través de fracciones de la obra Jesucristo Súper Estrella. Un mensaje que llegó al corazón de los asistentes, sacó lágrimas y también sorprendió. “Un Golpe de Perdón” aludiendo al golpe de estado. Violencia entre miembros de un mismo pueblo, como lo que se vive hoy en países como Siria o Venezuela.
La interpretación de las alumnas fue impecable, con un Cristo que mostró en cada actuación su humildad y resignación ante el sacrifico que debía hacer, pero por sobre todo perdón hacia quienes lo traicionaron. El propio Judas demostrando la indiferencia hacia el gran error que había cometido. Inmune al dolor y a las consecuencias. Y finalmente Pilatos, un soldado a quien poco le importó la acción y la equivocación de un pueblo dividido por el odio y la morbosidad. Personajes que hoy encontramos en la vida diaria y que descaradamente actúan como lo hicieron quienes crucificaron a Jesús hace más de dos mil años.
Pero el mensaje principal era el llamado a perdonar. Aunque siempre buscando la verdad y la justicia. El perdón es un acto noble y muy difícil de conseguir cuando el alma está colmada de dolor, mentira e injusticia. Pero posible ya que es una acción liberadora. Ese mensaje fue el que provocó la emoción de los asistentes.
Un jueves de reflexión y una antesala a lo que sería una Semana Santa diferente.